lunes, 22 de marzo de 2010

Lo que le falta a las campañas de limpieza

Las Dentelladas
Por El Tiburón

            A solicitud de las masas irredentas de este municipio y territorios circunvecinos platicaremos hoy sobre las campañas de limpieza en esta ciudad y puerto y para ello hemos pedido al camarada Clemente que nos ilumine con su sabiduría. Clemente es uno de los hombres más experimentados en el municipio en lo que a limpieza pública se refiere. Ha barrido calles de Chilpancingo, Acapulco y Zihuatanejo por más de 50 años, así que con seguridad puedo decirle que no hay otro con más experiencia que él.
            Dice Clemente que el gobierno de Alejandro Bravo no ha sido el único que ha organizado campañas de limpieza en tierras de Azueta. Desde hace muchos años, los gobiernos locales han llamado a este tipo de acciones para fomentar la limpieza de las áreas públicas. Sin embargo, la diferencia de las actuales campañas es que son generalizadas, le tienen que entrar todos los que cobran en el Ayuntamiento (menos los aviadores, desde luego). Antes invitaban a algunos funcionarios de niveles altos y los llevaban a las colonias y pueblos a barrer las calles, a veces en compañía de los ciudadanos. Hoy todos los trabajadores del Ayuntamiento tienen que asistir de manera obligada y cada área tiene asignado un sector de la ciudad.
            Asegura Clemente que le parece que fue en el trienio de Eric Fernández Gómez, tan criticado, por cierto, cuando las campañas tenían mayor participación popular y terminaban por ahí con alguna taquiza que acercaba a los funcionarios con su pueblo. En los demás períodos, sobre todo los últimos, lo más gacho de todo es que, a veces, la ciudadanía no mueve un dedo para ayudar a sus funcionarios a limpiar sus espacios y éstos no mueven un dedo para incorporarlos; se les hace más fácil barrer su tramo y ahí nos vemos.
            Dice nuestro camarada que la intervención de funcionarios y ahora de todo el personal del Ayuntamiento seguramente parte de que el aparato expresamente dedicado a eso no puede con la tarea de mantener limpia toda la ciudad, así que requiere que le echen la mano otros trabajadores (que muchas veces no tienen nada qué hacer), algunos de los cuales van absolutamente en contra de su voluntad, pero como ya les dijeron que al que no le guste que se consiga otra chamba, ahí andan aunque sea refunfuñando.
            Aunque la ley federal del trabajo se opone a que un trabajador sea puesto a realizar actividades no establecidas en su contrato, invitar a los funcionarios y trabajadores a colaborar en la limpieza no es malo de por sí. Lo es sólo si se obliga al trabajador a realizar una actividad que no le place, para la que no está preparado mentalmente. Hay quienes sí lo están por que entienden que la labor del Ayuntamiento puede entenderse también como una actividad política encaminada a educar a las masas irredentas.
            El problema es que nadie hace trabajo político, labor de convencimiento y educación con los trabajadores; a nadie se le ha explicado la importancia de participar en una acción colectiva como ésta; sólo les dicen te presentas a barrer o te presentas con tu renuncia. Claro, la respuesta del empleado es contraria a la buena leche que se supone que alienta actividades de este tipo.
            Y lo mismo que ocurre entre los jefes y los empleados del Ayuntamiento, se reproduce en el trato entre los empleados y la población. Ahí andan los puros empleados barriendo y mentando madres. Según Clemente lo único que valdría la pena es que la gente, los trabajadores del municipio, salieran solidariamente a hacer labor política con la raza, a convencerla de que participe en la limpieza de su comunidad. De otro modo, no vale la pena que anden ahí los cientos de empleados haciendo una labor que corresponde, por una parte al municipio, y otra (en el frente de sus casas) a los vecinos.
            Hay buena intención, pero estaría bien que se hiciera más trabajo político, que no sólo se obligue sino que se convenza a los trabajadores de ir a hacer no labores de limpieza sino labor de educación de un pueblo que no la tiene ni sabe trabajar colectivamente como sí lo hacen en algunas comunidades donde todo mundo tiene que salir a poner su grano de arena para limpiar la ciudad.
            Sintéticamente lo que Clemente quiso decir es que si los políticos se ponen a hacer lo que se supone es el centro de su actividad, se ponen a hacer política de la buena, las cosas van a lucir muy bien no sólo por las calles limpias sino por la buena química que se va a generar entre pueblo y gobierno. Yo así le entendí, ni modo.

domingo, 21 de marzo de 2010

No es el único, es el más descarado


Las Dentelladas
Por El Tiburón

            El viernes pasado, la dirigencia estatal del RIP acusó ante el IEEG al diputado y aspirante a la gubernatura de Guerrero, Armando Ríos Piter. Lo acusan de estar realizando una campaña electoral anticipada a los tiempos que marca la ley. Les parece que viola la ley con la publicidad encaminada a llamar a Guerrero “territorio jaguar”, como lo hizo con la Costa Grande en la pasada campaña por la diputación. Que la propaganda está por todos lados, dicen los denunciantes.
            En nota publicada el día de ayer en las páginas de El Sur, Ríos Piter dijo algo así como que se la pelan los del RIP; agregó algo así como que está tan preocupado por la denuncia que en cuanto se acuesta comienza a roncar, eso sí como un “pinchi” león. Negó que ande en campaña y en relación a los videos, pulseras, anuncios, calcomanías, volantes y truzas con su logotipo que ha regalado, dijo que nada tiene que ver con ellos. Casi casi como que dejó entrever que a lo mejor es la raza la que ya no aguanta las ganas de gritar a los cuatro vientos que lo quieren como gobernador. Y pues que le vayan a reclamar a la raza. (Conste que estoy citando de memoria).
            Aclároles que los del RIP no son los primeros que observan movimientos “raros” (además de su forma de caminar) en el territorio “jaguar”, área que seguramente se va formando con aquellos sitios donde mea (y marca a la vez) Ríos Piter. He aquí sólo una de las muchas denuncias que han hecho Lázaro Mazón Alonso y David Jiménez Rumbo, suspirantes también por la silla del gobierno que tan mal usa Zeferino.           
            En nota de la agencia IRZA del 24 de febrero de este año, el senador Lázaro Mazón denunció en Iguala que Ramón Cárdenas Villarreal, secretario de Desarrollo Rural (¿qué madres sabe de desarrollo rural este tipo, ex director, por cierto, de Fonatur Ixtapa?) y varios subsecretarios están utilizando los proyectos productivos del gobierno del estado para apoyar la aspiración de Ríos Piter. Y dijo que tiene pruebas (pues que se las dé a Efrén Leyva ¿no? Las pruebas, desde luego).
            Una de las últimas veces que David Jiménez habló del asunto fue el 25 de febrero pasado. Entrevistado por la agencia IRZA dijo que Ríos Piter es el “espurio” precandidato del gobernador. Señaló que tiene la convicción de que (en el gobierno de Zeferino) hay desvío de recursos humanos y económicos a favor de su precandidato que es “espurio” porque “no es perredista ese señor… y además pretende comprar la voluntad perredista con derroche de recursos y programas del gobierno del estado”.
También pidió que despidan a Ramón Cárdenas, a Heriberto Pastrana, Rubén Padilla e Israel Soberanis, involucrados, según él en el apoyo al “jaguar”.
El camarada Ponciano, quien en alguna ocasión ha ilustrado esta columna con su sabiduría, aceptó entrarle a este asunto y dijo lo siguiente: Que Ríos Piter no es el único que anda en campaña; que también lo hacen David Jiménez y Lázaro Mázón, lo mismo que los cuatro o cinco aspirantes a la candidatura a gobernador por parte del RIP. El “jaguar” no es el único que anda en campaña, es el que de manera más descarada utiliza los recursos públicos para ello, indica. Comentó Ponciano que mientras los otros son candidatos de sus mafias… perdón, de sus grupos y corrientes, Ríos Piter es el candidato de un gobierno que pretende desarrollar prácticas que deberían haberse desterrado de la política, como el deseo de dejar un sucesor en el cargo.
            Sin embargo y aquí está lo verdaderamente novedoso del planteamiento “poncianista”, propone establecer que a los diputados y a los políticos en general no sólo no se les prohiba hacer campaña político-electoral. Por el contrario, plantea que a los diputados, senadores y a todos los políticos en general, con cargo público, hay que exigirles que hagan campaña todo el tiempo, que todo el tiempo desarrollen actividades propias de su encargo, encaminadas a convencer al electorado que es un buen servidor y que valdría la pena que lo consideraran para otro hueso en el futuro.
            Lo que hay prohibirles es que hagan campañas de pura lengua, campañas de dádivas donde entregan bienes del pueblo para “comprar” el voto con la propia lana de la raza. Hay que prohibir que anden metiéndose los gobernantes y segundones que en lugar de chambear se la pasan “trabajando” para un candidato igual de inútil que ellos.
            Hay que prohibir –dice Ponciano- que los políticos se nieguen a concluir el período para el que fueron electos (y aquí, en este ajo, andan varios que apenas tomaron posesión y ya andan con jaladas queriendo brincar a otro mecate). El mismo Ríos Piter en la nota comentada más arriba, dijo que apenas tiene seis meses que terminó el alboroto por la diputación donde dice que usó lo del “territorio jaguar”. ¿No que querían ser diputados y presidentes municipales? ¿Ya tiene el diputado alguna iniciativa de ley para que se acaben los secuestros y la matazón en Guerrero? ¿Ya tiene alguna iniciativa para terminar con la pobreza de la raza? ¿No? Pues a chingarle, mi estimado.