Por Juan A. Escobar
No hay mejor sueño, camaradas, que el sueño de la igualdad
entre todos los mexicas. Pero desafortunadamente, para el poder y la justicia,
hay mexicas de primera y mexicas de segunda y de tercera y de última categoría,
a pesar de que la Constitución General de la República expresa claramente que
en este país, todos debemos estar coludos o todos debemos quedar rabones. Pero
ya en el terreno de la realidad es otra cosa muy diferente; entre más jodido te
encuentras, peor te va.
Ahora –vea usted lo que son las cosas- podemos hablar
también de la desigualdad que existe entre los inconformes y protestantes; hay inconformes
y protestantes de primera e inconformes y protestantes de segunda y tercera. Si
el poder te califica como protestante de primera o VIP, ya la hiciste; puedes
secuestrar personas, camiones, plazas; puedes quemar edificios; puedes robarte
lo que quieras y no hay bronca; si eres empleado público te pagan aunque no te
presentes en uno dos o tres meses a cumplir con tus obligaciones. Pero si el
poder te califica como inconforme y protestante de tercera para abajo, ya te
chingaste; te avientan todo el poder del estado para hacerte caca.
Vean ustedes a los “maistros” de la CETEG: Han secuestrado
periodistas, funcionarios, autobuses, pipas llenas de combustible, etc; han
quemado edificios públicos y documentos oficiales; los han agarrado con
unidades automotrices robadas al propio gobierno y sólo cuando han querido
tocar los intereses de los más poderosos de este país, se han agarrado con
ellos a cachiporrazos. Pero, hasta donde se sabe no hay actas de abandono de
empleo ni denuncias penales por robos, secuestros y demás acciones que son
simplemente delitos algunos del fuero común y otros del orden federal. Y si hay
dichas actas nomás no van a proceder, ¿porqué? Nadie sabe, pero se sospecha que
por lo menos son grandes amigos de los poderosos de este país, pues a nuestros
cuates siempre los trata uno con benevolencia.
¡Ah! Pero si no tienes tu carnet de inconforme VIP o de
primera, te van a responder como si les hubiera pegado la rabia. Vea usted el
caso de los empleados del Poder Judicial del Estado de Guerrero. Pararon sus
labores y bloquearon el acceso a las oficinas de los Tribunales con la exigencia
de que les aumenten el salario , pues ganan como 5,600 pesos mensuales, lo que
consideran injusto, pues no sólo no les alcanza para darle de comer aunque sea
frijoles a sus chilpayates, sino que son salarios insultantes frente a lo que ganan
los magistrados, quienes, según la información de Proceso, se autorizaron para
2015 –porque se sirven ellos mismos, los señores- un salario superior a los 140
mil pesos por mes, más bonos y aguinaldos que “suman 5 millones 880 mil pesos y
considerando que son 20 los que integran el pleno, el monto anual asciende a
117 millones 660 mil pesos”, que es más o menos lo que ganan 1500 trabajadores
del sistema judicial.
Y seguramente la raza de bronce no vería mal que se
sirvieran con una cuchara tan grande los magistrados, si por lo menos
cumplieran con su obligación; pero la gente sospecha que la justicia está a la
venta del mejor postor. Para muchos el sistema de justicia está podrido,
totalmente descompuesto, por ello –dicen- la cárcel en México nomás es para los
pobres.
Y es cierto que los trabajadores inconformes deben tener
cuidado de no pisar el terreno de la ilegalidad, para evitar la represión, pero
lo que no se vale es que es que el gobierno y el propio aparato de justicia,
mida con varas diferentes a los inconformes. El gobernador Rogelio Ortega, que
no ha movido un dedo para aplicar la ley a aquellos “maistros” de la CETEG que
no asisten a dar clases por meses; que no ha pedido sanción para los que han
hecho trizas algunos edificios del pueblo; para aquellos que han secuestrado
personas y hasta los han agarrado con unidades robadas al propio gobierno,
ahora pide que no les paguen a los trabajadores del Poder Judicial porque “no
han trabajado durante un mes” y amenaza con iniciar averiguaciones por robo y
secuestro a quienes se metieron al Tribunal Superior de justicia a tratar de
negociar con los 20 que cobran lo mismo que 1500 trabajadores.
Y no estoy proponiendo que agarren a madrazos a los de la
CETEG, lo que planteo es que con la misma tolerancia y con los mismo afanes con
que tratan de negociar con los unos, con
esa misma prudencia y persistencia en las propuestas procedan con los otros.
Como dice la Constitución: O todos coludos o todos rabones.