Evo, el dictador
Para mi amigo Vicente Castañeda
Hay quienes, a
estas alturas, aún no se han dado cuenta que las sociedades de todos los países
del mundo están divididas. Es más, no se han dado cuenta que se ha desatado una
verdadera guerra entre pobres y ricos en la que estamos interviniendo todos,
hasta los que no abren la boca.
Creo yo que la
causa principal de esta guerra brutal es la causa económica. El mundo está dividido,
principalmente, entre pobres y ricos. A los pobres les conviene que haya
empleos para todos, que se paguen buenos salarios que les permitan tener acceso
a todos los satisfactores que requieren, o, en su defecto, si los salarios son
bajos, que el estado –con los recursos que capta de los impuestos- les otorgue
salud y educación gratuita, acceso a vivienda digna, acceso a la cultura y el
deporte, etc.
Por lo general,
en nuestros países, los dueños de grandes volúmenes de dinero esperan que los
salarios permanezcan bajos; que no haya paros ni huelgas y que los impuestos se
conserven lo más raquíticos posible para obtener cada vez ganancias mayores. Ah
y que el estado no contrate tantos empleados y sobre todo que no se meta en los
asuntos de la economía ni de las políticas de atención de las necesidades que
la población no puede darse a sí misma debido a los salarios de hambre que
percibe.
En todos los
países los ricos son menos que los pobres. Según el CONEVAL, en México, mientras
43.6% de la población se encontraba en pobreza o pobreza extrema en 2016, sólo
22.6% fue clasificada como no pobre y no vulnerable (Forbes 30/ago/2017), no
obstante, hay que señalar que los dueños del mundo son sólo un puñado de
individuos que no se cansa de acumular dinero y creen que deben mandar en todos
los rincones del mundo.
Cuando una clase
o sector de una clase social tiene el poder político, cuenta con herramientas
de carácter legal para fortalecer la posición de los suyos. Si los ricos tienen
el poder, se arman de herramientas legales para que el capital crezca co0mo a
ellos les gusta. Si los pobres logran hacerse del control del estado, cuentan
con instrumentos para poder mejorar las condiciones de existencia de los suyos.
Esto es la expresión civilizada de la lucha de clases.
Como se supone
que vivimos en regímenes democráticos donde pobres y ricos valemos lo mismo, el
pobrerío debería tener el control de la mayoría de los países del mundo, pero
esto no es así. Casi todos los países del mundo son gobernados –directa o
indirectamente- por los dueños del dinero… con el apoyo de un sector de los que
tienen poquito dinero y muchos de los que no tienen un peso pero están sumidos
en la ignorancia y la falta de conciencia.
Veamos el caso
del gobierno que encabezaba Evo Morales. Casi nadie niega que su gobierno ha
sido de los más exitosos y no sólo de América. Según algunas publicaciones Evo
Morales ha sido catalogado entre los mejores presidentes del mundo al haber
transformado su patria, Bolivia, en una de las naciones con mayor desarrollo de
América Latina. Sin embargo, sus contrarios, los dueños del dinero y aquellos
pobretones sin conciencia conquistados por la propaganda que inunda los
espacios de los medios de comunicación, lograron el apoyo de las fuerzas
armadas y consiguieron su dimisión. Que es un dictador, dicen y por eso tenía
que irse.
De acuerdo con el
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se entiende por dictadura
el régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en
una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las
libertades individuales. Desde este punto de vista Evo no era un dictador pues
él y su movimiento y sus aliados se hicieron del poder por medio de las
votaciones y no se apartó de la ley en el respeto a los derechos humanos y las
libertades individuales.
Los contrarios de
Evo Morales dicen que es un dictador por que pretendía gobernar el país por
cuarta ocasión. No les importó que fuera un buen gobernante, lo que querían era
que se fuera porque era –merced a los errores políticos del ahora ex presidente-
el único que podía ganarles las elecciones.
Marx dice que
todo estado es una dictadura no importa si un gobierno se mantiene uno o dos
períodos al frente del estado o si se mantiene por un siglo. Hasta donde
entiendo, Marx considera que toda clase social en el gobierno se constituye en
una dictadura por que la clase que gobierna impone a las demás su manera de
entender el mundo e impone en el terreno legal la defensa de sus propios
intereses. Por esa razón, toda democracia es en realidad una dictadura dice. De
ahí que incluso el gobierno obrero que años después se hizo realidad en la URSS
fue denominado por él como la dictadura del proletariado.
Si Marx tiene la
razón, todos los países viven en condiciones de dictadura, la única diferencia
es la clase o sector que representan quienes ejercen el poder en un lugar
determinado. Veamos, ¿existe una dictadura de clase en los EE UU? Bueno, busque
usted los cambios que ha sufrido su constitución en relación con la propiedad
de los medios de producción y la distribución de la riqueza y sabrá usted la
respuesta. Desde luego, la existencia de la lucha de clases determina que, en
muchos países, se operen cambios graduales que van modificando las condiciones
de los trabajadores, pero, el interés fundamental de la clase que gobierna,
permanece incólume.
Si aplicamos el
punto de vista de los enemigos de Evo, diríamos que en México no ha existido
dictadura desde los tiempos de Porfirio Díaz, pues los presidentes se han
ajustado a un período de gobierno. Pero si aplicamos el concepto de clase,
entonces veremos que, desde hace muchos años, los adinerados de México han
instituido una férrea dictadura que mantiene con hambre a millones de
mexicanos. Es cierto que, exceptuando el gobierno de Lázaro Cárdenas, que sí
afectó la gran propiedad agraria, con el resto de priistas y panistas hemos
vivido una auténtica dictadura, falta ver por dónde se va lo que llaman la
Cuarta Transformación. Es cierto, hay matices en las épocas y en los estilos
personales, pero en lo principal todos apuntan hacia el fortalecimiento del
desarrollo del capital. Eso es lo que se llama la dictadura burguesa.
Como es mejor que
los pueblos vivan en paz, lo deseable sería que en cada país gobiernen los
mejores y quienes sean capaces de ganar una elección. Los que no puedan ganar
las elecciones tienen que esperar su turno, la otra salida es el derramamiento
de sangre.