No se trata, caro
lector, de dramatizar, pero la verdad es que la ciudad de Zihuatanejo es un
desmadre gracias a nuestros políticos. No tenemos agua suficiente… mejor dicho
no nos dan el agua que necesitamos, pues agua sí hay, si lo duda marque el
número de los piperos y le van a llevar toda la que pueda pagar, pero para
nosotros y a cambio de lo que le abonamos a la CAPAZ no hay.
El sistema de
recolección y manejo de la basura está absolutamente fuera de control; las
plantas de tratamiento de aguas residuales no funcionan y se viven condiciones
de desastre ambiental en la laguna de Las Salinas y en la Laguna del Negro y en
todo lo que se conecta con ellas. El crecimiento de la ciudad sobre la base de
periódicas invasiones nos ha desquiciado. ¿Y dónde estaban mientras tanto los
presidentes municipales que han desfilado por el Ayuntamiento (y que se han
llevado todo lo que han podido) junto con sus cuates? ¿Dónde han estado
mientras tanto los directores del Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo, FIBAZI (que
también se han llevado todo lo que han podido) y sus cuates? Quién sabe dónde
andaban pero es seguro que no en el cumplimiento de sus deberes.
Fíjense ustedes
que yo no conocía al gobernador Rogelio Ortega, pero alguna esperanza albergaba
mi humilde corazón porque decían que era “universitario y hasta había andado de
guerrillero” en sus ya lejanos años mozos. Aunque sea unas bombas molotov le va
a aventar a los canijos que se pasen de la raya, pensé para mis adentros. Pero
me equivoqué y concluí que tenían razón aquellos que aseguraban que el
gobernador lo único que estaba haciendo era darle chamba a sus cuates para que “agarraran”
algo antes de que se acabe éste tan corto interinato y, de plano, sacándole la
vuelta a los graves problemas del estado. Y por primera vez le di la razón a
Peña Nieto cuando dijo –evidentemente refiriéndose a Rogelio Ortega- que no se
valía nadar “de muertito”.
Por eso y aunque
no tenía el susto de conocer a Humberto Leyva Sotelo, la verdad me dio mala
espina cuando informaron que el gobernador lo había designado como director del
FIBAZI. Y mire que lo corto del período que le ha tocado gobernar a Rogelio
Ortega está obligando a sus cuates a meter el acelerador en la ejecución de sus
planes que no son otros que sumarse al saqueo de los bienes públicos.
Humberto Leyva
Sotelo sacó las uñas de inmediato. Apenas estaba llegando y de inmediato entró
en contubernio con el cuestionadísimo presidente municipal con licencia Eric
Fernández Ballesteros y los corruptos regidores de la comuna zihuatanejense
para meter una reforma al Plan de Desarrollo Urbano con miras a hacer buenos
negocios particulares. Que las cosas no están bien hechas lo prueba que un
importante sector de ingenieros y arquitectos locales están incluso demandando
la nulidad de la reforma por ilegal.
Y no sólo eso; de
inmediato Humberto Leyva ha comenzado a operar movimientos financieros también “chuecos”
en el FIBAZI. Tengo en mi poder copias de cheques del FIBAZI a favor de
Humberto Leyva por un total de 450 mil pesos por concepto de “gastos a comprobar”
y otro de 80 mil pesos para pago de asesores para la modificación del Plan de
Desarrollo Urbano. ¿Por qué dichos asesores no presentan sus facturas y cobran
sus remuneraciones directamente al Fideicomiso? Y los gastos a comprobar ¿para
cuántos años son? ¿No deberían hacerse las compras y pagos directos a las
empresas que son sus proveedoras?
En resumen el
amigo del gobernador Ortega ha venido a lo mismo que han venido otros directores
de FIBAZI, nomás a beneficiarse personalmente y a acabar de fregar a
Ixtapa-Zihuatanejo. Por tanto yo creo que el gobernador Ortega debe nadar de “vivito”
y decirnos a los zihuatanejenses si él aprueba las transas de Humberto Leyva o
explicarnos qué es lo que está ocurriendo en el FIBAZI.
Me parece que el
próximo presidente municipal de Zihuatanejo, si quiere ganarse el respeto de la
raza de bronce, deberá solicitar al próximo gobierno que se revise si existe alguna
razón para que el Fideicomiso continúe operando y si así lo fuere, que se
transparente su actuación pues, finalmente, lo que están manejando son recursos
del pueblo de Zihuatanejo y del pueblo de México.