Por El Tiburón
Uno de los juegos más excitantes
que existen en este mundo –después del juego de la botella según el cual cada
vez que el envase te apunta entregas una prenda hasta quedar sin calzones- es
aquel que consiste en adivinar quién será el candidato de cada uno de los
partidos políticos a la presidencia municipal de tu rancho y luego, predecir
cuál de ellos ganará las elecciones y, por último, profetizar cuánto se
llevará… perdón, perdón, cómo le irá al triunfante candidato en su gestión de
gobierno. Para algunos, este juego es casi un vicio y los hay que apuestan
hasta la camisa por su gallo aunque luego se lo dejen todo despelucado. Aunque
no lo crea, este juego dura tres años. En cuanto triunfa un candidato a la
presidencia comenzamos a apostar por el siguiente. Existe la sospecha de que
este juego está promocionado por el presidente de la república con la intención
de que mientras estamos empecinados en adivinar el nombre del candidato, él nos
chinga con los gasolinazos y todo lo demás.