martes, 27 de julio de 2010

Los “priyistas” se andan dando hasta con la cubeta


Las Dentelladas
Por El Tiburón

            Fíjese usted, mi estimado camarada de la hoz y el martillo, que a mí me parece que estamos muy lejos todavía para hablar del nombre de la persona que habrá de suceder en el cargo a Alejandro Bravo Abarca cuando este período de gobierno –que no podemos llamar trienio por que llega a cuatro años- llegue a su fin.
            Si habrá de ser un priísta o un perredista o –si ocurre un milagro- un panista, petista o verdista. A mí se me hace que andamos muy lejos… pero a otros se les hace que hay que madrugar por que al que madruga Dios lo ayuda, a pesar de que se sabe que no por mucho que madrugues te amanece más temprano y que al que mucho abarca poco aprieta y así hasta el infinito. Aunque no lo crea hay gente que todo los días da la batalla para fortalecer la posición de su gallo para dentro de dos años y medio.
            Usted sabe que nadie es moneda de oro para caerle bien a todos, así que, en torno al gobierno actual de Zihuatanejo, unos opinan de un modo y otros opinan de otro. Vamos a decir que cada bien habla de la fiesta como le está yendo en ella.
            Pero no estaremos lejos de la verdad si decimos que, de conservar este gobierno el ritmo que lleva, seguramente dejaría buenas condiciones para que entrara al relevo otro presidente “priyista”. Usted dirá que ya me centavearon pero la verdad es que, frente a gobiernos tan malos, tan insensibles como el de Amador Campos y, sobre todo, el de Silvano Blanco, cualquier gobierno que más o menos lleve las cosas adelante puede pasar aprobado.
            Sin embargo aún con la ventaja de un buen gobierno, nada garantiza ahora que el RIP pueda ganar las próximas elecciones municipales. Hay varios requisitos: Uno es que el gobierno municipal actual no baje la guardia, que mantenga el ritmo de gobierno que tiene hasta hoy, pero el más importante de todos es el mismo que el “priyismo” necesita para ganar la gubernatura de Guerrero: La unidad de las tribus, de las hordas, de los clanes o de las bandas, como usted quiera llamarles. Si no hay unidad, a lo mejor vemos algo que pocos esperan.
            Usted, mi estimado, que es una chucha cuerera para esto de la polaca, sabe que hay cuatro “priyistas” que la desean para cuando se le acabe la cuerda a Alejandro Bravo; los voy a citar por orden alfabético para que no digan “este güey” nos está “terapeando”: Allec Maciel Jorge, Alvarez Barajas Juan Manuel, Fernandez Ballesteros Eric y García Urióstegui Raúl. Yo no le voy a decir cómo son por que usted conoce perfectamente –como diría Jorge Carpizo- sus fortalezas y debilidades de cada uno de ellos. Son cuatro y es casi seguro que con uno que se brinque las trancas, los demás van a sudar para llevar a la presidencia a su candidato.
            Lo curioso, camaradas, es que a pesar de que parece que todos los priyistas tienen claro este asunto, en el terreno de los hechos los seguidores de cada uno de ellos se tiran como si fueran, no de partidos diferentes, sino de mundos diferentes y antagónicos.
            Fíjese que yo no soy tan perspicaz como para detectar este tipo de cosas que pasan en el bajo, ancho, tenebroso y culeco mundo de la polaca. La verdad es el punto de vista de una vieja priísta (vieja en todos los sentidos). Según ella, al interior del RIP se están gestando las condiciones para que entre a gobernar el municipio un candidato del “pederré” pero no cualquiera, sino uno que tenga las ramas en el terreno amarillo y sus raíces crucen, por debajo de la superficie, hacia el campo tricolor y no hacia cualquier parte del campo sino a una parte muy especial, una parte donde se juega la polaca de verdad, donde los partidos pierden sus colores y queda sólo el interés del poder.
            Si las cosas siguen por donde van a lo mejor vamos a ver que las fuerzas decisorias deciden otra vez que mejor le entren tantito los amarillos. Eso opina Cutberta, que así se llama esta vieja “priyista”.