Por El Tiburón
Esto que voy a
platicarles son hechos de los años 1980-1981, es decir, hablo de sucesos que
ocurrieron hace 40 años, que no es poco. En esos tiempos, su servidor estudiaba
la carrera de Ingeniería Agrícola en la Facultad de Estudios Superiores de
Cuautitlán, una de las unidades descentralizadas de la UNAM. Militaba entonces
en la estructura estudiantil de lo que es hoy el Movimiento Antorchista, la
Federación Nacional de Organizaciones Bolcheviques (FNOB), conocida como “Los
bolchos”. Hoy ya no milito más que en el Club de la Tercera Edad de mi “coloña”,
pero considero que puedo aportar información sobre hechos de la realidad y
algunas consideraciones para el esclarecimiento de asuntos de suma importancia
para los mexicanos. Así que ahí les voy.
Un día de
aquellos años que les digo, la dirección nacional del movimiento planteó que
había que reforzar las actividades financieras pues el crecimiento de la
agrupación exigía mayor cantidad de recursos económicos. Eso se decía ya ¡hace
40 años! La Comisión de Finanzas propuso –entre otras cosas- enviar a 20
compañeros, voluntarios, a trabajar “al norte revuelto y brutal que nos
desprecia”, a los meros Estados Unidos, por unos dos o tres años, de “mojados”,
para generar recursos que hacían falta a la lucha.
Nos reunimos los
que formábamos el grupo de Ingeniería Agrícola –unos 40 estudiantes- y planteamos
el tema. Se autopropuso para ir a los Estados Unidos, por parte de nuestro
seccional, el compañero Pedro Martínez. Tendría entonces Pedro unos 22 años. Y
sí, unos días después, aquellos valientes jóvenes enfilaron hacia los EE UU. Cruzaron
la frontera y comenzaron a trabajar allá. Pedro se integró como empleado de un
restaurante en una ciudad gringa; el resto se colocó en otras fuentes de
trabajo y comenzaron a generar recursos que llegaban a la tesorería de su
organización. Fueron varios los años que trabajaron en el norte estos jóvenes.
Luego, me parece, fueron sustituidos por otros.
Como ustedes
comprenderán, el viaje impactó el proyecto educativo personal de Pedro y los
otros 19, pero eso no los detuvo. Estoy seguro que Pedro no se graduó en
Cuautitlán, sino en otro centro educativo. Hoy, por las notas que veo en las
redes, sé que Pedro es líder de un comité estatal del Movimiento Antorchista.
Es importante
destacar, para la historia de la política en México, que el antorchismo, con la
finalidad de allegarse recursos, nunca consideró legítima la utilización de
métodos ilegales, como lo hicieron algunos grupos de los llamados
revolucionarios de esos tiempos y de años anteriores. Esto era otra cosa, una
concepción moral distinta de la lucha revolucionaria. El antorchismo se propuso
realizar un movimiento de masas pacífico y trabajar, desarrollar empresas
pequeñas y medianas en cada seccional para abastecerse de dinero, además de propuestas
como la de los grupos que iban a trabajar al norte y realizar colectas
intensivas entre muchas otras acciones absolutamente legales. Hasta ahora no se
conoce en México la historia de organización alguna que haya desarrollado su
propia forma de autofinanciarse dentro de los límites de la legalidad y que
haya tenido éxito, sólo los “antorchos”. Apunten los historiadores, por favor.
Como lo revela el
hecho que les platico, el antorchismo tuvo gente de elevado compromiso moral y
político hace 40 años y los tiene ahora. Pregunto: ¿Cuántos militantes de ese
nivel tienen los partidos políticos de “izquierda” del sistema mexicano?
¿Cuántos de esos militantes son capaces de tomar decisiones como las que
tomaron Pedro y los otros compañeros que fueron a trabajar fuera de su país, no
para ellos, sino para su agrupación, para sustituir a otros que ya habían
cumplido su compromiso y que no eran más que una parte de una cadena que muy
probablemente exista hasta la actualidad? ¿Cuántos? Es muy probable que ningún
partido del sistema en México tenga gente de este nivel de compromiso en
nuestros días; ni jóvenes ni viejos.
No obstante, a
pesar de que la actividad económica del antorchismo es absolutamente conocida,
Santiago Nieto, Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, ha bloqueado
cuentas bancarias de antorchistas que –según él- presentan ingresos que a su
juicio son ilegítimos. Ya notificaron los afectados que no son cuentas
personales, sino que corresponden a empresas de su organización y aún así,
Santiago Nieto afirma que es dinero malhabido.
Que yo sepa nunca
ha presentado una prueba que refuerce su dicho, pero el funcionario sigue
emperrado en tratar de probar que se trata de dinero sucio. Ya lleva unos meses
y no ha probado nada. La pregunta es, ¿por qué Santiago Nieto –y el mismo López
Obrador y el propio Barbosa, Gobernador poblano- no creen que los recursos del
antorchismo tengan un origen legítimo como les han intentado probar, hasta el
cansancio, los representantes de la organización citada?
Existen dos
posibilidades: La primera, es que Santiago Nieto, López Obrador y Barbosa sepan
perfectamente bien que no hay dinero sucio y simplemente pretenden golpear al
antorchismo, aprovechando el poder que tienen, porque esa organización no se
alinea ni se ha suma en apoyo a la Cuarta Transformación.
La otra
posibilidad es que deveras crean estos señores que se trata de ingresos
ilegítimos, considerando que, en la realidad que ellos conocen, es imposible
que una organización pueda tener dinero limpio; es decir, que en este país
ninguna organización y ningún político tiene ingresos legítimos, además de los
que llegan a los partidos a través de las prerrogativas y eso antes de que les
metan manos los líderes.
Es decir que, en
el mundo político que ellos conocen, en el que han vivido y se han “desarrollado”,
si algún partido tiene dinero además de las prerrogativas es dinero sucio pues
nadie aporta recursos de su bolsillo para su organización. Además, si un
político tiene más dinero o bienes que exceden sus ingresos, seguramente se
está robando las prerrogativas o extrae recursos indebidos de alguna
dependencia. En su mundo, los políticos que tienen dinero son ladrones, no
existe ninguna otra posibilidad. En su mundo si una organización tiene recursos
es porque los sustrae de algunos programas oficiales o algún político poderoso
los apoya con recursos que roba a la nación. La posibilidad de que deveras
crean que ninguna organización puede tener ingresos legítimos aparte de
prerrogativas existe, pues el Presidente, Barbosa y Nieto no conocen ninguna
realidad distinta a la del político-parásito y vividor.
Esta puede ser la
verdadera razón por la que no les cabe en la cabeza que haya alguien en este
país que le meta dinero y trabajo a su organización en lugar de extraer dinero
para beneficio propio, como le hace todo mundo, en el mundo de ellos.
Si sólo son ganas
de estar fregando, llegará el momento en que no podrán sostener más sus
acusaciones y se caerá todo el circo. Si, por el contrario, creen que ninguna
organización política puede existir sino extrayendo, robando recursos públicos,
entonces se llevarán el chasco de su vida, pues finalmente caerán en la cuenta
de que la realidad política del país está cambiando y que están apareciendo
nuevos procesos políticos y nuevas herramientas que sustituirán a todo lo viejo
e inservible del sistema actual que llevarán a la sociedad mexicana a una vida
distinta y mejor. Ante esta realidad, o se componen o –más temprano que tarde-
vendrá la escoba de la historia por ellos.