martes, 11 de mayo de 2010

Le pegó chorrillo a Norato

Las Dentelladas
Por El Tiburón

            Como usted sabe, mi estimado amigo, el pasado 10 de mayo (día en que celebramos a ese ser que todos los días recibe muchos recordatorios de quienes no nos quieren) este diario publicó una colaboración mía titulada ¡Cero y van cinco! En ella hago el recuento de los cinco “periodicazos” que le ha aventado “El Despertar de la Costa” al Ayuntamiento de Zihuatanejo en relación con el asunto del perifoneo en la ciudad y el municipio entero.
            Pregunto en el texto si acaso es cierto que los funcionarios del Ayuntamiento están contra el perifoneo por “ineficaces y corruptos”, como afirma Noé Mondragón Norato, columnista del diario citado. Pregunto si le tienen miedo al “Despertar de la Costa”, si están mudos, si no tiene voceros el Ayuntamiento, pues no contesta a pesar de que los argumentos de los que han escrito sobre el tema son muy endebles y algunos –como las “profundas teorizaciones” de Norato- están para zurrarse de la risa, como aquella donde argumenta que prohibir el perifoneo es una forma de coartar las libertades cívicas “logradas al amparo de las luchas colectivas, la evolución social y la democracia misma”. Juar, juar. Como chiste está a toda madre.
            Digo –también contradiciendo al columnista- que el hecho de que en Acapulco “toleren” el perifoneo en pleno centro y a todas horas, como da a entender el columnista que se hace por allá (vaya usted a saber si es cierto), no quiere decir que necesariamente eso sea bueno para la ciudad y para los ciudadanos. Y digo también que ni a Acapulco ni a Zihuatanejo les conviene ser presas del desorden urbano. Ya bastante tenemos con los microbuseros, cumbieros, taxistas, influyentes y malosos empistolados.
            Es cierto que hubo por ahí alguna burlilla, pero nada de importancia; nada como para que le pegara chorrillo al señor Norato como parece que ocurrió. Hice hablar en la columna a algunos humildes trabajadores que demostraron tener más cordura que algunos periodistas que se sienten que tienen en las manos la vara para medir a toda la cristiandad: ¡Este es pecador, éste no es pecador!
            Dicen y digo junto con la mayoría del pueblo de Zihuatanejo que el perifoneo, como se hace actualmente en este puerto, daña la actividad turística (¡que nos da de comer, coño!) y que debe regularse, pero no limitándose a bajarle el volumen al amplificador, sino estableciendo zonas, horarios y claro, decibeles. Claramente establecemos que no deben dejar de publicarse los asuntos espinosos, pero sí decimos que ¿cuál es el interés en espantar a turistas que de por sí la piensan para salir de vacaciones? No es cierto que los turistas viajen cientos o miles de kilómetros para enterarse a quién le cortaron hoy la cabeza en Zihuatanejo, decimos ahí.
            Bueno, pues deberían de saber que ya contestó el señor columnista y bastante encabritado. Se ocupó de este humilde amigo de ustedes en su columna del día de ayer, once de mayo en el mismo diario. Pero lo curioso es que no desbarató ninguno de los argumentos que esgrimimos, sólo se dedicó a tirar cubetazas de caca contra su servilleta. Aquí les platico lo que dijo para que se ahorren los seis pesos que cuesta el ejemplar del diario para el que escribe.
            Como se siente filósofo el señor, establece que quien no cuestiona el poder no hace uso de su libertad de expresión. Hasta ahora sabíamos que justamente la libertad de expresión consiste en decir lo que a uno le plazca, sin importar el sentido de la opinión, pero a partir de hoy y para tener contento a Norato hemos de decir que sólo hace uso de ella correctamente quien cuestiona el poder, los demás nomás se hacen tarugos, son lacayos o traidores. Oigame usted, esto es vil anarquismo o simplemente “contrerismo”, por que, pregunto: Si se tratase de un poder de las mayorías trabajadoras como soñaron algunos, ¿también habría que ponérselas a peso para estar a tono con la definición del columnista?
            Dice que a un “charal” disfrazado de tiburón (o sea yo) le pesaron y dolieron los fregadazos que ellos han estado aventando contra el Ayuntamiento; que me escondo en el anonimato; que me asumo como defensor oficial del Ayuntamiento y que “se entiende” que es por que existe una remuneración económica y que eso es indicio de corrupción en la comuna; que por eso no hay transparencia. Y si no, ¿por qué tanta vehemencia para exigir que respondan los funcionarios? ¡Híjole, camaradas, créanme que pocas veces tiene uno oportunidad de leer a una persona que logra hilar tantas incoherencias en tan poco espacio! Es difícil encontrar hoy en periódicos de cierta importancia, fulanos que escriban con tan poco rigor, me sorprende la verdad. Por eso estamos como estamos.
            El dice, de seguro “el charal” le entra a la defensa del Ayuntamiento por que le dan dinero. Pregunto: Entonces ¿no se puede defender una idea más que por dinero? ¿Cuándo Norato defiende alguna idea lo hace sólo por dinero? Y como da por hecho su primera presunción (que me centavean, como seguramente lo hacen con él) de ahí se agarra hasta completar el cuadro. ¿Cuál de sus grandes “maestros” habrá sido el culpable de tanto desorden mental y falta de tanto rigor lógico? ¿No hace falta una prueba para aseverar algo tan delicado como lo que dice Norato? Es más apostamos a que si se publican las listas de los “chayotes” en Zihuatanejo, Acapulco, Chilpancingo, congreso del estado y gobierno del estado, de seguro es más fácil que aparezca el nombre de Noé Mondragón que el de este humilde servidor de ustedes. Y si quieren insistimos en que publiquen las listas de los “chayos”.
            ¿Me escondo en el anonimato? Yo digo que no. Es más Norato, antes de contestar a mi columna seguramente primero preguntó a sus amigos en una oficina de la presidencia de Zihuatanejo: -Oye “camarada” ¿quién es ese “güey” que se hace llamar el tiburón? –¡Ah!, es un pendejo que escribe en un diario pinchurriento de Zihua; se llama  fulanito de tal, está bastante zotaco y canoso -¿Cuánto le das de “chayotín”?, mándame una copia para descalzonarlo. –Ni madres, no le vamos a dar, hasta que se venga de rodillas desde El Coacoyul hasta Zihuatanejo y eso en horario de 50 grados. -¿Pero es un pendejo? -¡Harto pendejo, mi buen. –Entonces ¡mañana le parto la madre! ¡Hasta parece que los estoy oyendo, me cai!
            Y no sólo eso, quien quiera mi perfil completo puede acceder a www.blogdeltiburon.blogspot.com y hasta puedo autografiarles una foto, pero adviértoles a los interesados que no recibo visitas de fulanos que, como Ricky Martin, quieran defender, con o sin vehemencia, su libertad de contorsión.
            Antes de terminar y para que se convenza usted de que algún tornillo debe estar fuera de su lugar en la cabeza de Norato lea esta cita de su columna: “¿por qué no vender la nota roja a los turistas, si es el reflejo de la descomposición social atribuible a las erráticas políticas públicas?”. Ahí está. Ahí que digan los acapulqueños o chilpancingueños si algún día lo quieren como presidente de sus respectivos pueblos.
            Pero, ¿qué le dolió a Norato? Que lo dejamos ante los ojos de los lectores como un charlatán que con fraseología seudo revolucionaria quiere impresionar a los tontos. Y lo peor es que a veces lo ha logrado, no lo niego.