lunes, 17 de enero de 2011

Todavia no hay elecciones y pareciera que tenemos nuevo gobernador

Vaya usted a saber cuántas cosas inéditas más vamos a ver en este proceso de renovación del poder ejecutivo en el estado de Guerrero. Es cierto que muchas de las cosas que estamos viendo ya son bastante viejas -como las imposiciones caciquiles, el derroche de billetes propiedad de la cristiandad, la compra de voluntades, las promesas que no se van a cumplir, por ejemplo- pero otras, son inéditas, nunca vistas en la entidad, como el hecho de que un aspirante “priyista” haya pegado el brinco al bando contrario y se haya convertido en candidato de los partidos opositores al suyo. O como el hecho de que la gubernatura –pase lo que pase- quedará en manos de la misma familia y hasta en el mismo pueblo.

         Hemos visto también casos de gobernadores que, apenas resulta electo su sucesor y, de inmediato, comienzan a perder poder mientras el electo comienza a agarrar fuerza. Pero ahora tenemos ante nosotros algo totalmente diferente: Un hombre que comienza a ejercer el poder como si fuese gobernador antes de que resulte electo. Se oye raro pero es así como lo escucha. Angel Aguirre ejerce ya como si ya hubiese sido electo gobernador de Guerrero, antes siquiera de que las masas irredentas y las ya redimidas de Guerrero depositen su voto en las urnas.
         Usted seguramente ha de pensar que todavía estiy padeciendo los efectos de los “tanguarnices” ingeridos en las fiestas navideñas, pero no, ahí están los hechos. Vea usted mismo, con esos ojos tan suyos y tan propios, que se han de comer los gusanos. El Sur, diario estatal, publicó una nota el 21 de diciembre firmada por Hugo Pacheco León. Dice la nota citada que “Un acuerdo entre el gobernador Zeferino Torreblanca Galindo y el candidato de la coalición Guerrero nos Une, Ángel Aguirre Rivero, doblegó la incipiente rebelión de una mayoría de diputados del Congreso y éste nombró ayer por unanimidad como auditor general del estado al hasta hace unos días contralor interno de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Arturo Latabán López, uno de los principales colaboradores del Ejecutivo estatal.
O sea, el congreso acordó algo que –viniendo del ejecutivo- había rechazado.
         “Como parte del mismo acuerdo, los diputados aprobaron la Ley de Ingresos para el periodo fiscal del 2011 sin modificaciones, como lo pedía el gobernador.
A cambio, el Ejecutivo autorizó prestar al Congreso 6.5 millones de pesos para pagar al cien por ciento los aguinaldos de los diputados y de los trabajadores de confianza, pues el de los trabajadores de base ya fue cubierto la semana pasada”.

         Además, “el gobernador aceptó que se hagan reasignaciones menores a su presupuesto que se aprobarán este martes para que los diputados en lo personal puedan beneficiarse en su gestión y continuar sus carreras políticas.
Todo lo anterior, no obstante que el presupuesto de egresos, la ley de ingresos y el nombramiento del auditor son facultades autónomas del Congreso local según la Constitución del estado”.
         O sea. Antes de que entrara Aguirre al quite, el gobernador quería que le aprobaran el paquete fiscal y quería que designaran a un auditor que le cubra las espaldas mientras se echa a correr; un auditor no le vaya a pisar los talones una vez que deje el cargo.
Los diputados querían 6.5 millones para tapar los boquetes que han hecho los nada decentes directivos del Congreso en las últimas legislaturas, pero estaban agarrados del chongo. Aquí quedó claro que el gobernador ya no tiene el suficiente poder para negociar con el Congreso, pero viene Angel Aguirre convence al gobernador de que suelte los billetes y por otro lado convence a los diputados de que le aprueben casi todo al gobernador y designen al que ya habían rebotado.
Con eso, el asunto se arregló, pero quedó claro que hay un nuevo poder en el estado, que Zeferino en cierta forma lo reconoce como tal y que el Congreso actual, como ha ocurrido con los anteriores, está hasta el tuétano de corrompido y ha estado controlado –como las gallinas- a través del “maiz”, sin acento en la “i”, mágico elemento que sirve para “maicear”, a diferencia del “maíz”, riquísimo grano que usamos para producir las tortillas. Y estamos seguros que con Aguirre o con el que gane, los diputados van a seguir igual o peor.
         ¿Qué más veremos en este proceso increíble? Quien sabe, pero no hay que cerrar la puerta por donde suelen entrar las sorpresas.