Las Dentelladas
Por El Tiburón
La equidad de género en las candidaturas, una soberana
tontería
Usted, mi estimado, que siempre está al tanto de lo que
ocurre en el bajo y tenebroso mundo de la polaca, se habrá enterado que el
Congreso de la Unión aprobó la Reforma Electoral y con ella, la disposición de
que los partidos políticos estarán obligados a presentar candidaturas con
equidad de género -es decir, mitad hombres y mitad mujeres- en los procesos
electorales por venir.
Se habrá enterado usted también que el asunto pasó luego a
las legislaturas de los estados y que muy recientemente el Congreso de Guerrero
(permítanme quitarle LA H) trató el asunto y, según dicen los diputados,
aprobaron el asunto de la equidad de género tal como lo mandaron los
legisladores federales; sin embargo, grupos de mujeres organizadas aseguran que
es falso y ahí se encuentran trenzados en esta disputa los diputados de
Guerrero con las activistas del “feminismo”. Una disputa francamente sin
sentido.
Según yo, lo que el Congreso aprobó en relación con la
equidad de género es una soberana tontería y todavía no alcanzo a entender cuál
es la razón de tal resolución, ni alcanzo a comprender por qué los jerarcas de
los partidos no han puesto el grito en el cielo. Será tal vez porque ya tienen
preparada alguna forma de evitar que esa disposición afecte sus intereses muy
particulares y de grupo.
En primer lugar, es necesario partir de que la Constitución
General de la República no exige que un ciudadano sea del sexo masculino o
femenino para que pueda ser postulado candidato a presidente de la república, a
gobernador, presidente municipal, diputado local o federal; bueno ni para
regidor exige un sexo determinado del candidato. Cualquier ciudadano, hombre o
mujer, puede ser candidato a un puesto de elección popular. ¿Cuál es la razón
para que la ley imponga a los partidos la obligación de postular a la mitad de
mujeres y la mitad de hombres como sus candidatos? Dicen que eso es ser muy
equitativo.
Sin embargo, hay que pensar en lo siguiente: ¿Qué pasa si
los hombres de un partido determinado están muy atrasados, son unos papanatas y
no garantizan el triunfo del instituto político al que pertenecen? ¿Por qué no
va a poder tal partido postular puras mujeres al 75 o 100% de las candidaturas
si esto es lo que conviene a ellos y a los que supuestamente representan? O a
la inversa, ¿si los cuadros femeninos están para llorar, me pregunto por qué
obligar a un partido a que designe mujeres en la mitad de sus candidaturas si
ello implica la posibilidad de perder las elecciones? Esta cuestión debiera ser
un derecho inalienable de los partidos. No me explico todavía por qué le dieron
paso a esta iniciativa. Ha de ser porque finalmente hacen lo que les da su
regalada gana y la ley se la pasan por el arco del triunfo.
Veamos como eligen actualmente los partidos a sus
candidatos: Primero entran los tipos más pesados de las mafias que controlan el
partido, los cuales, desde luego son los que tienen más experiencia pues se han
pasado toda su vida mamando si no de las cámaras, del poder ejecutivo; npor
décadas no salen ni un mes del presupuesto. Nomás cheque usted cuántos años
lleva Beltrones viviendo de la polaca y
entenderá lo que le digo. Luego, entran los recomendados de los dirigentes
pesados.
Después seguramente postularán también a los que tienen más
posibilidades de ganar en un distrito determinado, lo que no quiere decir
necesariamente que tengan popularidad, sino billetes para invertirle a la
campaña. Pero usted sabe que también entran los que tienen suficiente dinero
para comprar sus candidaturas sin más trámite y hay hasta quienes han sido
exhibidos por postular a sus sirvientas para ocupar curules en el Congreso.
Abundan los políticos con poder que consiguen colocar a sus hermanas, esposas o
amantes en cargos de elección aunque luego las señoras anden luego diciendo
puras incoherencias.
Aún con todo este desmadre que priva en los partidos, a mí
se me hace que es un abuso exigir a esas organizaciones que postulen candidatos
en números iguales entre hombres y mujeres. Bueno, ya hubo hasta unas diputadas
a las que bautizaron como “juanitas” porque “tomaron protesta y se fueron”
(como habría dicho Fox si a esto se hubiera referido cuando correteó a Fidel
Castro) para dejarle el cargo a los que eran candidatos de verdad pero no
llenaban los requisitos.
Alegan quienes defienden esta ley que las mujeres están
subrepresentadas en las candidaturas, pero yo digo que depende de qué mujeres
estemos hablando; si nos referimos a la mujer de Slim y a la de Azcárraga y a
la de Salinas Pliego, es decir si nos referimos a las mujeres de la oligarquía,
puedo afirmarles –sin temor a equivocarme-, que ellas están bastante
sobrerrepresentadas por montón de legisladores y legisladoras ricachones y
pobretones que han sido puestos ahí para defender a los dueños del poder y el
dinero. Si no me creen revisen como anda lo de los votos en la Reforma de las
Telecomunicaciones, es decir, en el pleito entre Slim y los Azcárraga-Salinas y
van a ver cómo se desgarran las vestiduras los legisladores diciendo que
defienden los intereses de los electores mientras se alinean con Telmex o con
Televisa, monopolio uno de la telefonía y de la televisión el otro.
Ahora bien, si se refiere usted a las mujeres de la parte
alta de la colonia Buenos Aires que ya de por sí es parte alta en los cerros de
Zihuatanejo, entonces estaré de acuerdo en que esas mujeres no sólo están
subrepresentadas, más bien de plano no están representadas, pues si lo
estuvieran tendrían agua, drenaje, pavimento en sus calles, comida en sus mesas
para sus hijos, empleo, seguridad social, seguridad de la otra y muchos otros
satisfactores. Y no tienen nada o muy poco porque no hay quien hable por ellas.
Estas mujeres son las que necesitan equidad junto con sus hombres que están
igual de olvidados.
Como vemos, efectivamente, hay gente que no está lo
suficientemente representada en las candidaturas de los partidos; para ellos sí
debemos pedir equidad y esos que casi no tienen quien hable por ellos somos los
jodidos, esos somos los que no tenemos casi a nadie que hable por nosotros en
el Congreso, ni en las alcaldías, bueno ni en las regidurías; por eso digo que,
si de impartir justicia estamos hablando, hagámosle justicia a los jodidos y
exijamos a los diputados, hombres y mujeres y a los alcaldes, hombres y mujeres
y a los regidores, hombres y mujeres, que defiendan los intereses de la mayoría
y no sólo los de sus patrones.
Vamos exigiendo a los partidos no equidad de género, pues
esto no es una guerra de sexos, sino equidad para los jodidos de México porque
esto sí es una guerra de los dueños del gran capital contra los más jodidos ¿Qué
no sienten la carestía y la falta de empleo? Vamos exigiendo y legislando que
la mitad de sus candidatos sean representantes comprometidos con la raza de
bronce. Eso sí hace falta y si todavía no me cree, dígame quién es su
presidente, quiénes son sus diputados; dígame quienes son sus regidores y
después cuénteme qué han hecho por usted. ¿Verdad que usted ha estado casi sin
representación en las candidaturas de los partidos?
Eso de la equidad de género, como dije, se me hace una soberana
tontería y, por tanto, deberían eliminarla.