lunes, 14 de febrero de 2011

La columna invitada. APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO. Los jóvenes y la cultura en Guerrero. Jeremías Marquines

APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO
Los jóvenes y la cultura en Guerrero. Jeremías Marquines 
En la última década se ha vuelto un lugar común en los discursos políticos y los análisis  periodísticos decir que el crimen organizado es el principal empleador de jóvenes en México,  derivado de la casi total ausencia de políticas públicas integrales que otorguen verdaderas alternativas de desarrollo económico, esparcimiento y certeza de futuro a este sector de la población.
En lugar de políticas públicas integrales, desde el gobierno se han aplicado paliativos burocráticos sin efecto que, por lo mismo, no han podido contener la creciente pauperización de los jóvenes que se enfrentan a la cotidianidad de la vida sin ninguna expectativa de futuro.
Para el gobierno la atención de las necesidades de los jóvenes se limitan a regalarles balones o uniformes deportivos para hagan deporte y se alejen de la drogas como por arte de magia; en otros casos, se limitan a otorgarles una raquítica beca que no les alcanza ni para pagar los almuerzos en la escuela, y mucho menos para comprar material educativo. En resumen, sólo hay dos tipos de apoyo: becas y deporte, sin tomar en cuenta que los jóvenes tienen otras necesidades.
Desde el gobierno hay algunos que se piensa que con becas y deporte se solucionan las exigencias de los jóvenes. Sin embargo, no toman en cuenta que hay jóvenes que no les gusta hacer deporte y ni quieren y, por el otro lado, hay otros miles que ya no estudian e incluso, son padres o madres de familia. Así que, entre los que no hacen deporte y los que no estudian se ubica la mayor cantidad de jóvenes.
No decimos que las becas y el deporte estén mal, pero este tipo de programas corresponde más a los segmentos que aún se encuentran en algún aula educativa. Pero incluso, para éstos, es necesario darles un valor agregado a los apoyos que reciben, es decir, sumarles a estos programas la parte que corresponde al derecho al esparcimiento de calidad.
En la actualidad, la falta de esparcimiento de calidad, orilla a muchos miles de jóvenes a sumarse a grupos pandilleriles, a engrosar las filas del ocio inútil, al alcoholismo y a la droga. A los jóvenes no sólo hay que verlos como clientes innatos de la beca y el balón. Se les tiene que  garantizar el acceso a un primer empleo o, en su caso, generar cooperativas juveniles donde puedan desarrollarse económicamente. Capitalizar pequeñas empresas juveniles en el ramo del turismo, en servicios de playa, alimentos, deportes acuáticos, ecoturismo, paseos. Hay muchas áreas de servicios donde se pueden apoyar empresas juveniles que empleen a otros jóvenes.
Pero además del empleo, las políticas públicas del estado deben atender también sus necesidades de esparcimiento, identidad y sociabilidad para romper el ciclo vicioso que generan las dinámicas perversas de la criminalidad. Factores que no han sido atendidos por ningún gobierno en este país y que representan las causas más importantes de la migración juvenil al crimen. No hay que olvidar que Guerrero ocupa el deshonroso primer lugar como productor de amapola. Además que durante años ha sido uno de los más grandes productores de mariguana. Esta dinámica ha generado toda una subcultura criminal poderosa que altera el orden deseable del desarrollo de la población joven. La subcultura del narcotráfico en Guerrero es una red que somete con su música, sus imágenes y su oropéndola a una población juvenil sin alternativas de desarrollo económico y sin espacios de ocio y esparcimiento creativo.
De acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el estado de Guerrero concentra una población creciente de 798 mil 9 jóvenes de entre 15 y 29 años que representa el 25.6 por ciento de la población total que es de 3.1 millones de habitantes. La generalidad de esta población se haya a expensas de la violencia y el crimen organizado pues no existen políticas públicas gubernamentales creadas para atender de forma integral las necesidades de este sector de la sociedad.
A esta población juvenil de 15 a 29 años, hay que agregar la población infantil que de igual forma carece de alternativas y espacios necesarios para su esparcimiento. En Guerrero los únicos lugares de recreación de estas poblaciones infantojuveniles, se reduce por igual al cine de películas gringas, la playa y los paseos por los centros comerciales, careciendo por completo de otras alternativas de esparcimiento más formativas e integradoras familiarmente.
Es necesario que en adelante las políticas públicas infantojuveniles tengan carácter transversal al igual que las políticas de género y de la tercera edad. Es casi una necesidad que, en lo que se refiere a las políticas públicas culturales del estado, estas estén centradas a ofrecer alternativas de ocio creativo a estas poblaciones para que a través de las distintas disciplinas artísticas se ofrezca un variado menú de opciones de calidad a niños y jóvenes.
La única manera de romper el círculo vicioso que genera la subcultura del narcotráfico es impulsar una gran cruzada cultural con nuevos y novedosos programas artísticos creados pensando en estas poblaciones y sus familias, pensando en dos ejes: recuperación de la población infantojuvenil dañada y contención de la que aún está sana para evitar que, a falta de opciones de esparcimiento y desarrollo de las creatividades, se integren a la red de la delincuencia.
Hasta la fecha, las formas retrogradas de entender las políticas culturales en el estado, ha hecho que éstas no sean generadoras de opciones de esparcimiento creativo para la población infantojuvenil. La idea errónea de reducir las políticas culturales a la promoción del folclor estatal sólo ha generado rechazo y aburrimiento en jóvenes y niños. Las políticas públicas culturales deben diversificarse para que, de la misma manera en que conservamos nuestra identidad folclórica con todo y sus practicantes, también se procure la creación de nuevos espacios y programas dirigidos a ofertar esparcimiento de calidad a todas las familias. Sumado, por supuesto, a la creación de una extensa red de talleres dirigidos por verdaderos profesionales de cada disciplina que motiven a jóvenes y niños a practicar alguna disciplina artística y a divertirse creando.
Un estudio de la UNESCO sobre las relaciones entre Cultura y Desarrollo nos advierte: «La dimensión cultural no es una dimensión como cualquier otra, no es uno de tantos factores que tomados en su conjunto constituyen los elementos del desarrollo. Por el contrario, es el factor fundamental del desarrollo, la referencia básica por la que se miden todos los demás factores. Un crecimiento económico sin cultura es un desarrollo sin alma».
El atraso de Guerrero y la violencia comienza con su atraso cultural y termina el día en que la visión endogámica y folclorista de la cultura estatal termine. De seguir por la misma ruta de las visiones atrasadas y subdesarrolladas de las políticas culturales, el estado de Guerrero no tendrá nunca buenos indicadores de desarrollo humano; sobre todo, si se sigue pensando que la gente no necesita de la cultura y el arte para vivir; o si se sigue pensando que con promover las artesanías, la chilena, la tardes bohemias, los bailables folclóricos, las comidas típicas y los poemas de Rubén Mora ya la hicimos. La situación cultural de Guerrero debe pasar de la visión que existía en los años 50 y 60 del siglo pasado, donde se quedó estancada, a la propagación de nuevas industrias culturales y artísticas, y a los términos y sinergias que se manejan en esta primera década del siglo XXI.
LA CONTRA
El aún alcalde de Acapulco, José Luis Ávila Sánchez ordenó a la Secretaría de Finanzas del municipio que arbitrariamente le pidiera la renuncia a todos los directores y coordinadores de área del gobierno municipal. A través de un contrato leonino les exige que abdican de todos sus derechos y antigüedad laboral a cambio de un pago de tres meses de salario.
Ávila Sánchez y Manuel Añorve Baños, derrotado ex candidato del PRI y mediocre ex alcalde de Acapulco, son una pareja de idiotas consumados que intentan pasarse de listos. Según ellos, al exigirle la renuncia a todos los directores, coordinadores y jefes de departamento, se disfraza el verdadero fin de esta acción que no es otro que realizar una purga contra todos aquellos que quisieron respaldar al Choky (como cariñosamente le dicen los niños) en su aventura como derrotado candidato priísta a la gubernatura.
Pero si molesta esa actitud repugnante contra el derecho de los trabajadores, es igual de vomitable el argumento que utilizan los empleados que recién llegaron a ocupar un puesto en este gobierno del PRI. Según ellos, las renuncias no son renuncias reales sino una prueba de lealtad para con sus jefes, como aseguró la secretaria del anodino encargado de Desarrollo Social municipal Oscar Rangel Miravete. Según ella, los empleados que se asumen como priístas sí van a firmar la renuncia porque tienen que quedar bien con su jefe. Esta gente es tan estúpida y tan servil que son incapaces de entender que no son empleados de ningún funcionario de quinta, sino del gobierno municipal y que, además, la ley protege sus derechos laborales. La única lealtad que debe tener este tipo de trabajador, es dar un buen servicio público y atender con amabilidad y prontitud a la gente, cosa que no están haciendo porque los “funcionarios” priístas ven el gobierno como patrimonio propio.
Manuel Añorve quiere regresar a la alcaldía de Acapulco, pero antes quiere que Ávila Sánchez corra a todos los que no lo apoyaron. Esa es la actitud de un cobarde que ante su frustración y ananez mental recurre a otros para que hagan lo que él no se atreve. Si el actual alcalde José Luis Ávila y Manuel Añorve quieren despedir a los desleales, simplemente tienen que hacerlo por la vía del despido directo, porque el jueguito idiota que han comenzado de repartir renuncias para ver quién es el pendejo que la firma no les va a dar ningún resultado… Añorve tiene quebrado al ayuntamiento, así que en lugar de pedirle la renuncia a los trabajadores, es él quien debería presentar la suya por su incumplimiento con el pueblo de Acapulco.