jueves, 11 de marzo de 2010

Las auditorias sospechosas de laAGE


Las Dentelladas
Por El Tiburón

            Apenas ayer comentábamos las opiniones del camarada Apolonio, asesor de esta columna para asuntos de los partidos políticos, quien –sintéticamente- cree que el panorama político actual se debe en mayor medida a las regadas del “Pederré” que a los aciertos del RIP y hoy aparece una nota señalando que la Auditoría General del Estado (AGE) rechazó las cuentas públicas de siete municipios, entre ellos Acapulco y Zihuatanejo.
            Confieso que cuando leí la cabeza de la nota exclamé (influido por Andrés Manuel): ¡Uta coño! Mi camarada Alejandro ya quedó mal con las cuentas de los billetes, pero luego me percaté que la información se refiere a la cuenta pública del año 2008, lapso durante el cual todavía gobernó el hijo pródigo de Barrio Viejo, Silvano Blanco Deaquino. Y no sólo eso, ¿quién creen que encabeza la lista? Le atinó, ahí está en primera línea Félix Salgado Macedonio, a quien sus amigos llaman “Felixcito” y sus enemigos llaman “El toro sin tuercas”. También Felixcito entregó malas cuentas.
            En primer lugar –señala Apolonio, quien ya encarrerado quiso opinar también sobre esto- se me hace muy raro que Ignacio Rendón, titular de la AGE y de quien se dicen cosas muy feas que no le hacen ni cosquillas, por cierto, haya incluido en la lista negra a Acapulco y Zihuatanejo, pero más raro que la bronca de los siete municipios ande alrededor de 200 millones de pesos que es una bicoca. Cree Apolonio que algún compromiso dejaron pendiente estos dos ex alcaldes con el jefe de la AGE y éste sólo quiso “acalambrarlos”, pues recordarán que por ahí la Contraloría del Estado hablaba que tan solo Felixcito tenía cuentas pendientes por cerca de 600 millones de pesos.
            En el terreno de los adeudos no hay mucha bronca, pues ambos tienen ahora muchos bienes de donde el gobierno del estado podría cobrarse a lo chino, si quisiera. Quizás algunos estaban preocupados por que en algún tiempo tanto Felixcito como Silvanito traían agujeros en las suelas de los zapatos, tan grandes, que cuando pisaban un chicle le alcanzaban a dar tres masticadas y desde luego alcanzaban adivinar el sabor. Peroesos fueron otros tiempos que ya nadie recuerda, excepto Apolonio.
            Pero eso era en el pasado, ahora desde la bahía de Zihuatanejo y desde la de Santa Lucía se alcanza a ver que alrededor de estos potentados no hay miserias. Pero vea usted cómo es de buena gente el gobernador Zeferino Torreblanca, pues ahí están las pruebas de que hicieron mal las cosas y de todas formas, tiene como subsecretario de economía a Silvanito y aunque la ley dice que si no aclaran podrían ir a dar al tambo, todo mundo sabe que en Guerrero los alcaldes se pueden llevar hasta el edificio de gobierno y no hay quien les reclame.
            Pero vamos a lo que te truje, Inocencia. Aquí están las pruebas de lo que decía ayer Apolonio. La raza (y dos que tres cacicones del RIP) les entregaron el poder a estos distinguidos pedorristas, perdón perredistas, pero no para que salieran con las mismas patrañas de los “priyistas”, sino para que demostraran que la izquierda es mejor y puede instaurar gobiernos de avanzada, para que mejoraran las condiciones de la población y se mantuvieran decenas de años en el poder y con el pueblo contento, para eso los eligió la raza, pero ya ven, además de que salieron con mala fama en relación con los centavos, ahora resulta que ni las cuentas les cuadran. Si los que estaban en el manejo del dinero no son capaces ni de inventar cuentas ajustadas, deberían de saber que en este pueblo de pescadores sobran contadores capaces de cuadrar hasta una cuenta redonda. Ustedes nomás pregunten.