jueves, 11 de marzo de 2010

Por lo menos, ineficiencia del INAH en La Soledad de Maciel


Las Dentelladas
Por El Tiburón

                  En la edición del día de ayer del Diario de Zihuatanejo, se publicó una denuncia que hace el comisario municipal de La Soledad de Maciel, Carlos Francisco Alarcón. El representante de la comunidad acusa a los arqueólogos del INAH que trabajan en el rescate de la riqueza cultural que se encuentra ahí sepultada, de saquear la zona arqueológica y profanar las tumbas prehispánicas que, según dice, han hallado en el lugar los investigadores mencionados. Además señala que extrañamente el personal de INAH se niega a ser supervisado por la comunidad y reclama que, a tres años de haber iniciado los trabajos, no sólo no tengan nada que mostrar al turismo sino que, incluso, cerraron el espacio donde uno de los vecinos exponía a los visitantes las piezas acumuladas a lo largo de los años, mismas que le fueron decomisadas. Después de tres años tampoco han terminado el famoso Museo que ahí se construye y que, a decir del Comisario, no se encuentra listo por que se han hecho mal las cosas y han tenido que demoler parte de los trabajos realizados.
                  Para comentar este asunto invité al camarada Bonfilio; desde luego no se trata del regidor Bonfilio Abarca, el Bonfilio invitado por mí es un experto en arqueología, mientras que el regidor sólo es un experto en “grillología”. Nuestro Bonfilio ha tenido larga experiencia en lo que se refiere al conocimiento de la cerámica Teotihuacana; a lo largo de unos 40 años, Bonfilio se ha dedicado en San Juan a producir ídolos de barro igualitos a los auténticos, mismos que pasa por la lumbre y los entierra para luego vendérselos a los gringos que se van felices creyendo que se llevan piezas valiosas por 50 dólares. Es un experto; a 6 metros de distancia le reconoce el origen de una pieza, la zona de donde proviene, la influencia cultural que expresa, el período al que pertenece, conoce su precio en el mercado negro y sabe exactamente cuántos días necesita para producir una réplica para gringos que confunda hasta a los de la aduana, quienes tendrán chance de sacar otra lana al “sorprender” a los turistas llevándose la riqueza cultural propiedad de los meshicas.
                  Dice Bonfilio que, evidentemente, hay algunas cosas de las que dice el Comisario de “La Chole” que son producto de su ignorancia como el hecho de que crea que las fuertes lluvias que han dañado los cultivos de los agricultores del lugar han sido provocadas por la profanación de las tumbas de sus antepasados, sin embargo, dice Bonfilio que los arqueólogos del INAH la han zurrado al llegar a la comunidad atropellando sus creencias, sus intereses, su cultura y su patrimonio cultural. Bueno más que arqueólogos parecen políticos. Dice Bonfilio que si bien la federación puede alegar que la ley dice que esos recursos son propiedad de la nación y ellos tienen la autoridad para asumir su administración, no pueden olvidar que la nación somos todos, incluidos los habitantes de “La Chole” y que en ese lugar los principales son ellos, los habitantes de La Soledad de Maciel.
                  Asegura nuestro analista invitado que el INAH no puede llegar a “La Chole” a meterse a las casas para ver quién tiene piezas que deben ser decomisadas, parecen policías; no pueden tratar a los lugareños como rateros. Los investigadores, representantes del INAH, al parecer creen que tienen que estarle cuidando las manos a los habitantes del lugar para que no se roben las piezas arqueológicas, pero, hablando en términos estrictos, así como los miembros de la comunidad pudieran sustraer piezas valiosas de la zona, también podrían hacerlo ellos, los arqueólogos, y si así lo hicieren en el futuro o lo hubieren hecho en el pasado, no serían ni los primeros ni los últimos investigadores que se llevaran para su casa o para las casas de sus cuates algunas piezas de valor. La única posibilidad de que todos los lugareños los respeten es que ellos comiencen por respetar a esa comunidad que ha tenido bajo su cuidado la cultura prehispánica del lugar mientras el INAH se negaba a entrarle al rescate de la zona. Y si lo dudan vean ustedes como construyeron un marco de concreto para evitar que los amigos de lo ajeno se llevaran la pieza conocida como “El Rey”.
                  Tiene también razón el Comisario al protestar porque a tres años del inicio de los trabajos no hay museo; dice Bonfilio que ni que estuvieran construyendo el Museo de Antropología de la ciudad de México. Es claro que si los lugareños no ven ninguna obra terminada y por el contrario observan que los del INAH andan de casa en casa decomisando figuras y extrayendo otras de las excavaciones y exigiendo que se vayan a sus casas a ver si puso la marrana y dejen de supervisarlos, ¿qué cree usted que piensan? Le atinó, mi estimado, piensan que se las están llevando y por eso se niegan a que la comunidad los vigile. A ver ¿qué corona se les cae a los del INAH si informan a la comunidad sobre las piezas que rescatan y permiten que ellos también participen en la protección del legado de sus antepasados? Ninguna corona, así que no harían mal los del INAH en bajarle a la lumbre a los frijoles porque se les pueden chamuscar…