miércoles, 16 de diciembre de 2009

La voz del Chamuco

Las Dentelladas
Por El Tiburón


            Oiga usted, mi estimado, qué golpe acaba de darle un diario local a los regidores de Zihuatanejo. Hasta a mí me dolió y eso que no soy regidor. A modo de denuncia, dice el periódico en cuestión que mensualmente el Ayuntamiento deja de percibir alrededor de 30 mil pesos por expedición de permisos de tránsito otorgados como cortesía y que a cada regidor se le entregan 4 permisos y una licencia por mes. ¿Qué cree usted que es lo primero que se le viene a la cabeza a la raza que lee la nota? Efectivamente, eso que pensó usted es lo que piensa la cristiandad.
            Si esto no es cierto, los ediles deberían de inmediato exigir que se aclare la nota, por que este tipo de noticias contribuye a desprestigiar al cuerpo edilicio. Es obvio que después de la lectura de este tipo de material vendrá irremediablemente la condena contra los regidores, a quienes mucha gente no les reconoce a veces ni derecho ni capacidad para ejercer ese cargo.
            Si acaso resultara cierto el contenido del texto, los regidores deberían renunciar de inmediato a esta prerrogativa por una razón: Es muy alto el costo que están pagando por ella. Por que aquí no se aclara si con un permiso se va a ayudar a una persona que en un momento no tiene dinero para pagar, ni se aclara que el regidor no les cobra un peso a los beneficiarios. Simple y sencillamente los presentan como unos gandallas que suman estos beneficios a los que ya reciben o por lo menos que fomentan el trato desigual a los ciudadanos. Y es que, aunque a veces es injusto por que en realidad no somos iguales los que tienen con los que no tienen, la mayoría de los ciudadanos quieren que todos seamos hijos de Dios o hijos del Chamuco. Quieren que nos midan con la misma vara, como dice la ley.
            Incluso los ciudadanos que se acercan a un regidor para pedirle que les consiga una plaza en la administración municipal por que no encuentran chamba, o que les consiga un vale de gasolina por que no traen un peso, que le piden que les condonen un cobro por que no pueden pagar, no se dan cuenta que le están amarrando las manos a su representante, por que cada privilegio que pide el edil tiene su precio y hay que pagarlo. No se puede mamar y dar de topes. El que da también pide, o como dijera el filósofo popular Jorge Allec Galeana: “Amor con amor se paga”.
            Y a de resultar muy halagador que un funcionario le diga: Señor regidor, señora regidora, ya sabe usted, lo que se le ofrezca, usted nomás ordene. Bueno pues esa es la voz del Chamuco, que le está diciendo: ¡Andale, ensártate! Y, como el chamuco, luego vendrá el cobro, pedirán que no le aprieten las tuercas, que lo dejen actuar a gusto y entonces el regidor estará pagando el precio por que los ciudadanos dicen: Bueno, ¿y para qué están los regidores? O de plano dicen que ya los “centavearon”.
            Es cierto que muchos cihuatlacas quieren ayuda, pero todos los cihuatlacas queremos que los regidores cumplan con su función, que sirvan para equilibrar el poder municipal y que les cuiden las manos a los que las tienen demasiado largas. No es fácil, pero los regidores tienen que encontrar una forma de ayudar a los “suidadanos” (como dijo el ex diputado Víctor Buenrostro) sin que tengan que comprometer su independencia. He dicho. (¡Ah cabrón, parezco diputado!).